domingo, 27 de mayo de 2007

Paris, Texas (Wim Wenders / 1984)





Paris, Texas (Wim Wenders / 1984)

Dirección: Wim Wenders
Reparto: Harry Dean Stanton (Travis), Nastassja Kinski (Jane), Dean Stockwell, Aurore Clément, Hunter Carson, Bernhard Wicki.
Guión: Sam Shepard
Música: Ry Cooder
Productor: Anatole Dauman
Editor: Peter Przygodda

Sinopsis
Un hombre que camina a la deriva por el desierto de frontera entre México y Estados Unidos, se desmaya en un pequeño pueblo de remolques. Este hecho anodino inicia el reencuentro de ese hombre con su familia, su pasado y consigo mismo.
Tristam, el desierto y unas buenas botas rojas para el camino
El desierto, un par de botas rojas y un hombre. Parecen ser no muchas cosas, pero bajo la mirada de Wim Wenders se convierten en los elementos necesarios para contar una gran historia. “Paris, Texas” es un relato sutil y dulceamargo, sobre la memoria y sobre la identidad. Para muchos una nueva manera de contar un western en clave de Roadmovie, donde el vaquero salva el día. Para otros, un relato en que el silencio, los planos amplios del desierto, la guitarra de Ry Cooder (conocido actualmente por su proyecto de Buena Vista Social Club) generan la melancolía necesaria y adecuada para llevar el relato, para poder acercarnos al vacio que rodea a su personaje principal.
Para nosotros, una película sencillamente descomunal, que atrapa desde el primer cuadro. Que lleva a preguntarse sobre la capacidad de sentir, sobre la sensibilidad del carácter, sobre el amor que enloquece. Wenders parece no solo tener en mente a los personajes del western como modelo, sino que se puede ver en ellos el eco los personajes de las romans medievales, como Tristam o Perceval[1], que sufren amnesia[2], esa locura que arrebata del mundo, producida por el amor, la responsabilidad, o simplemente como evasión de todos y de uno mismo. Pero la amnesia puede no ser un suave remanso para quienes la sufren, por el contrario, puede ser un infierno, un desierto de emociones y de sensaciones, por el cual transitar, y del cual se regresa tan solo para intentar enmendar cuentas con nuestro pasado.

El guión de Sam Shepard[3], tiene la sensibilidad de introducirnos en los amplios paisajes, en los enredados monosílabos de Travis, en su mirada perdida, en esa apariencia hostil y ruda que no parece tener la sensibilidad que lleva a cuestas. En el peso y angustia que le aquejan y que lo han tenido entumecido por más de cuatro años. En su amor delicado y vehemente, en sus obsesiones y miedos. Y en su deseo de lograr resarcir de algún modo el daño que siente causo.

Paris, Texas”, de Wenders son de esas películas que van más allá del drama efectista, que busca sorprender para emocionar. Puede parecer lenta, pero busca serlo. Son de las películas que tocan, que se acercan a algo en nosotros, a un recuerdo, o una emoción, de un modo que la sensación que dejan, se deja sentir, mucho tiempo después de ver la película. A no perdérsela.

Juan Alberto Gonzales Hurtado.


[1] Tal vez si vamos más atrás podemos pensar en Ulises.
[2] Antiguamente se catalogaba a la amnesia como un tipo de locura.
[3] Hace un par de años, en el 2005 para ser exactos, Wenders y Shepard regresan a trabajar juntos en “Don't come knocking”, film sobre un ex-ídolo de cine que un día deja todo y decide encontrarse a si mismo. Film que tiene muchas semejanzas con el que en este momento estamos comentando.
Hay que recordar también, que Shepard no es solo conocido como actor, sino que es un gran escritor de teatro, novelas y poesía.

1 comentario:

Anónimo dijo...

bueno... esta pelicula la vi hace buen tiempo atráz me parecio muy bonita además que tiene una fotografía impecable... una de las mejores aunque hay q reconocer q nos deja con un sencion de soledad o ausencia... elminar los recuerdos... siempre he pensado q caminar es bueno para meditar. en todo caso q pensamiento podria albergar tal caminata?

saludos