lunes, 6 de agosto de 2007

BREAKING AND ENTERING (Anthony Minghella/2006)






BREAKING AND ENTERING (Anthony Minghella/2006)
Dirección: Anthony Minghella.
Reparto: Jude Law (Will Francis), Juliette Binoche (Amira), Robin Wright Penn (Liv), Rafi Gavron (Miro), Poppy Rogers (Bea), Martin Freeman (Sandy), Vera Farmiga (Oana), Ray Winstone (Bruno Fella).
Guión: Anthony Minghella
Música: Gabriel Yared y Underworld.
Productores: Sydney Pollack, Anthony Minghella y Timothy Bricknell.
Fotografía: Benoît Delhomme.
Editor: Lisa Gunning.

Sinopsis
Will Francis (Jude Law) junto a su socio Sandy (Martin Freeman), han abierto recientemente una empresa de arquitectura y diseño en una zona empobrecida de Londres. Al ser víctimas sucesivas del robo de las computadoras de la empresa, sentirán la necesidad de intervenir ellos mismos en la investigación de los hechos.
La soledad y el afecto
Minghella en “Breaking and entering” crea un drama complejo sobre la necesidad de sentir y dejarse sentir. En la cual la afectividad no se reduce a mirar al otro y comprenderlo, tampoco se trata de aleccionar sobre como ignoramos a las personas, y creamos etiquetas[1] con las cuales identificarlos y a la vez borrarlos de nuestras vidas. Más bien trabaja que pasa cuando las personas se tocan realmente, se relacionan de tal manera que causan un cambio una ruptura en el otro. ¿Qué pasa cuando este cambio no se produce de manera gentil y apacible, sino por el contrario se presenta de la manera más abrupta y violenta?
Pareciera que constantemente nos encontramos en post de afecto, de cariño, si bien es cierto, no por parte de todos, pero si al menos de un grupo que aunque reducido, importante en la vida de cada uno de nosotros. Una suerte de “circulo de afecto” que nos hace sentir parte del mundo. Y es que lo que más nos duele es la soledad, pero no la tomada por decisión propia, sino la que uno adquiere debido al abandono y olvido de las personas que ama.

Juan Alberto Gonzales Hurtado.



[1] Y es usual que nos relacionemos con las personas a partir de las etiquetas (las cuales representan un género, una raza, una etnia, una cultura, etc.) que ellos y nosotros tenemos, sobre los demás y sobre nosotros mismos, etiquetas que sirven para articular nuestras relaciones, y desde las cuales generamos emotividad o no hacía los otros. Por lo general aspiramos a que las personas que nos conocen, valoran y aprecian vean más allá de estas etiquetas, que si bien estas muestran trazos de quienes somos, no nos definen como tales.