domingo, 22 de abril de 2007

All the king's men



All the king's men (Steven Zaillian/2006)
Dirección: Steven Zaillian.
Reparto: Sean Penn (Willie Stark), Jude Law (Jack Burden), Kate Winslet (Anne Stanton), James Gandolfini (Tiny Duffy), Mark Ruffalo (Adam Stanton), Patricia Clarkson (Sadie Burke), Anthony Hopkins (juez Irwin).
Guión: Steven Zaillian; basado en la novela de Robert Penn Warren.
Música: James Horner.
Producción: Mike Medavoy, Arnold W. Messer, Ken Lemberger y Steven Zaillian.
Edición: Wayne Wahrman.
Fotografía: Pawel Edelman.
Vestuario: Marit Allen.

Sinopsis
Jack Burden (Jude Law) es un joven y afamado periodista, proveniente de una familia aristocrática de Luisiana. Por su parte Willie Stark (Sean Penn) es un político a medio tiempo de una comunidad pequeña, que combina el idealismo de bienestar para todos, con una mirada práctica y maquiavélica de las cosas, en la que si es necesario hacer el mal para lograr un bien, no se debe reparar en los daños sino en la meta que se persigue. Tiny Duffy (James Gandolfini) que trabaja para las grandes corporaciones de derecha del estado de Luisiana, ve en Stark la posibilidad perfecta de dividir el voto de los sectores pobres en su estado para las elecciones de gobernador. Este hecho llevara a Stark, que idealistamente buscaba construir una mejor escuela para su comunidad, a entrar en redes de corrupción que tiene como implícito el ser usado y usar a los otros.
Faulkner y el nuevo Sur
En muchas de las novelas de Faulkner están presentes los Snopes, una familia integrada por diversos miembros, los que poseen nuevas costumbres en contraposición a la tradición en decadencia, representada por las familias aristócratas dueñas de plantaciones desde antes de la guerra civil norteamericana. “Los grandes señores” lo son solo de nombre y apellido, el poder y él dinero lo empiezan a tener otros, y esos otros traen consigo nuevas costumbres y creencias, que cambiarían el status quo, pero solo servirán para afianzarlo.
Y los personajes de “Todos los hombres del Rey”[1] tienen algo de la contraposición que describió Faulkner en sus libros. El nuevo poder siempre le parece tosco y burdo al anterior, le parece desarraigado y carente de norte. Pero lo cierto es que ese nuevo poder es una sublimación del anterior, es un hijo bastardo, intentando arreglar sus asuntos con el padre.
Para Stark, es claro que no hay nada bueno en el mundo, lo que no significa que no pueda salir algo bueno de el. Solo se requiere la mirada y habilidad suficientes para pode convertir cualquier evento en una situación positiva, no importa la forma en que se consiguen las cosas, solo el lograr que se realicen. Sabe que no puede lograr cambiar el mundo, hacer más conscientes a los grupos de poder de la importancia de abandonar un sistema en que se siga empobreciendo a los sectores menos favorecidos económicamente. Stark solo está ahí para herir, no para matar al sistema, el se sabe un producto de este, pero intentara hacerle daño el mayor tiempo que pueda.
Por su parte Burden, toda su vida se la ha pasado burlándose de la aristocracia rancia a la que pertenece, se sabe privilegiado social y económicamente, pero intenta vivir como si todo eso fuera simplemente algo que va anexado a su nombre y que él no tiene porque cargar. Es la voz que nos guía todo el film, solo los ojos a través de los cuales vemos lo que sucede. Sus monólogos largos, llenos de frases y citas pueden parecer cansados y aburridos, incluso hasta confusos. Pero son precisamente estos los que nos delinean al personaje y a la trama, son estos los que nos dicen el tipo de hombre que es Burden, todo sucede mucho antes que el termine de cavilar. Este rasgo lo emparentaría con los protagonistas de los films noir y con los largos monólogos de lo los personajes de Faulkner.
Todos los hombres del rey”, puede parecer confusa y exagerada, que abarca más de lo que puede tratar y un espectador digerir. Para la mayoría de la crítica un remake fallido, que parecía ser una candidata de peso para los globos de oro y los Oscar, pero no paso más allá de un intento torpe de aprovechar un gran argumento, en un Hollywood que cada día le cuesta más contarnos nuevas historias, no solo en contenido, sino que también en estilo.
Pero el film a nuestro entender apunta más a las sensaciones que deja, que a intentar ser una narración clara y concisa. Si bien puede por momentos ser grandilocuente y efectista, tiene actuaciones muy logradas, a no perdérsela.

Juan Alberto Gonzales Hurtado.


[1] Sera bueno señalar que “All the king's men” es una novela de Robert Penn Warren, ganador del Putlizer en 1946. Novela que tuvo una versión cinematográfica dirigida por Robert Rossen, y que gano tres Oscar en 1949. Por mejor película, mejor actor y mejor actriz.

Das leben der anderen



Das leben der anderen (Florian Henckel von Donnersmarck/ 2006)

Dirección: Florian Henckel von Donnersmarck.
Reparto: Martina Gedeck (Christina-Maria Sieland), Ulrich Mühe (capitán Gerd Wiesler), Sebastian Koch (Georg Dreyman), Ulrich Tukur (teniente coronel Anton Grubitz), Thomas Thieme (ministro Bruno Hempf), Hans-Uwe Bauer (Paul Hauser), Volkmar Kleinert (Albert Jerska), Matthias Brenner (Karl Wallner), Herbert Knaup (Gregor Hessenstein).
Guión: Florian Henckel von Donnersmarck.

Música: Gabriel Yared y Stéphane Moucha.

Producción: Quirin Berg y Max Wiedemann.
Edición: Patricia Rommel.
Fotografía: Hagen Bogdanski.

Vestuario: Gabriele Binder.


Sinopsis

La vida de los otros” narra el operativo de espionaje motado por el eficiente capitán de la Stasi[1] Gerd Wiesler (Ulrich Mühe) a el escritor modelo de la RDA[2], Georg Dreyman (Sebastian Koch) y a la pareja de este último, Christina-Maria Sieland (Martina Gedeck). El capitán Wiesler es experto en interrogatorios, por lo cual se especializa en analizar el comportamiento humano. Desde que ve al escritor Dreyman, percibe en él algo sospechoso, siente que oculta algo, así que decide hallarlo. Wiesler monta un sofisticado operativo de espionaje, que incluye micrófonos por todo el departamento de Dreyman, así como una cámara de video que registra los movimientos de todo el plano externo del departamento. Wiesler se siente en control de la situación y por su puesto de la vida de la pareja formada por Dreyman y Sieland. Para el capitán de la Stasi, es solo cuestión de tiempo para revelar quien es realmente Dreyman.

Levinas y empecemos hablar del yo

El capitán Wiesler se ha entrenado toda su vida para saber lo que los otros ocultan, no solo de los otros, sino que incluso de sí mismos. Es un hombre metódico, que vive solo, que se sabe temido y odiado, que no tiene el mayor interés por desarrollar vínculos afectivos con otras personas, está convencido de que conoce la “naturaleza humana” a la perfección. Que sabe reconocer la falsedad que hay en todos nosotros y que con su habilidad presta un correcto y eficiente servicio a su sociedad. Wiesler extirpa lo que hay de malo en su sociedad.

Por su parte Georg Dreyman, cree en la RDA, no cree que sea perfecta, pero vive en ella porque le gusta y siente que su obra es necesaria para el desarrollo de su sociedad. Está en contra de que se persigan y cuestione la obra de otros artistas (aunque a la vez se trata de convencer a si mismo que algunos autores cuestionados por el régimen lo están por haber cometidos excesos de crítica innecesarios), pero siente que eso se puede llegar a arreglar de algún modo.

Luego de hacer esta descripción de ambos protagonistas, parecieran ser la clásica disputa entre el bien y el mal representada por el malo y el bueno, pero no. “La vida de los otros”, nos muestra de qué modo esa dualidad reside en todos y está latente en cada uno de nuestros actos[3]. Que el destino de uno está ligado al de los otros. Que a pesar de que nos imaginamos y concebimos como seres separados los unos de los otros, lo cierto es que tenemos un principio y un destino compartido.

En relación a este punto, Levinas[4] ve como una existencia incompleta a quien no logra ver en el otro un compromiso. La empatía hacía los otros no se da por un capricho, o un gusto estético que elige a quien escoger o no, como merecedor y digno de mi comprensión. Para Levinas no podemos ver al otro como una alteridad, como un objeto, sino como uno mismo. Y esto es, porque mi comprender está ligado a mi existencia y además mi comprender se encuentra dirigido hacía el mundo. El comprender al otro, el cuidado que le doy es un “deber” para conmigo mismo. No tener conciencia afectiva del otro, es no tener conciencia de nosotros mismos. Levinas relaciona esto con un sentimiento de “vulnerabilidad” compartida[5].

El color y la sombra

La fotografía del film, nos lleva a través de diversos tonos de verdes y amarillo. Todo parece mustio y cansado, genera la sensación de estar encerrado o atrapado. Son los últimos años de la unión soviética, y por ende de la RDA, pero los personajes no parecen notarlo, solo cuando aparecen objetos o personas de occidente la paleta de colores cambia. Este recurso de fotografía ciertamente no es novedoso, pero en este film está muy bien trabajado, y es el marco perfecto sobe el que se desenvuelve la trama.

La vida de los otros”, nos muestra que el mal reside en cada uno de nosotros. Que no solo somos responsables por lo que hacemos, sino incluso por lo que dejamos de hacer. Que aprender ser responsable por nuestros actos cuesta, y puede llegar a ser una tarea que nos lleve una vida, a no perdérsela.

Juan Alberto Gonzales Hurtado.
[1] Siglas que en alemán abrevian Ministerium für Staatssicherheit (Ministerio para la seguridad del Estado).
[2] Siglas que abrevian en castellano, República Democrática Alemana (Deutsche Demokratische Republik). En nuestro medio esta Alemania es conocida como Alemania oriental.
[3] Actos que son tanto el hacer como el dejar de hacer algo.
[4] Emmanuel Levinas (1905-1995) de origen Lituano y de ascendencia judía, es uno de los pensadores más avocados al tema de la alteridad en el siglo XX.
[5] “En la vulnerabilidad se aloja una relación con el otro que la causalidad agota; relación anterior a toda afección por el excitante. La identidad del sí no opone límites al experimentar, ni aun la resistencia última que la materia en “potencia” opone a la forma que la enviste. La vulnerabilidad es la obsesión por el otro o la aproximación del otro. Es para el otro, desde detrás del otro del excitante. Aproximación que no se reduce ni a la representación del otro, ni a la conciencia de la proximidad. Sufrir por el otro, es tenerlo al cuidado, soportarlo, estar en su lugar, consumirse por él. Todo amor o todo odio del prójimo como actitud, refleja, supone esta vulnerabilidad previa: misericordia “conmoción de las entrañas”. Desde la sensibilidad, el sujeto es para el otro: sustitución, responsabilidad, expiación. Pero responsabilidad que no he asumido en ningún momento, en ningún presente. Nada es más pasivo que este enjuiciamiento anterior a mi libertad, que este enjuiciamiento pre-original, que esta franqueza. Pasividad de lo vulnerable, condición(o incondición) por el cual el ser se muestra creatura.”. Lévinas, Emmanuel. “Sin identidad” del libro “Humanismo del otro hombre”, Ed. Siglo XX, México 1974. Página 125.

martes, 10 de abril de 2007

“Dysenchanted” (2004/ Terri Edda Miller)



“Dysenchanted” (2004)

Dirección: Terri Edda Miller.

Guión: Terri Edda Miller.

Reparto: Laura Kightlinger (Cenicienta), Sarah Wynter (La Bella Durmiente), Alexis Bledel (Ricitos de Oro), James Belushi (Docotor), K D Aubert (Caperucita Roja), Jaime Bergman (Alicia), Amy Pietz (Clara), Shiva Rose (Blanca Nieves), Jill Small (Dorothy).

Fotografía: Jonathan Sela.

Música: Brad Segal.

Producción: Jennifer Klein, Brent Travers.


“Dysenchanted” nos muestra como el relato, el mito, puede ser releído desde otro lugar.
De manera muy general podemos decir, que los relatos y los mitos, han servido a las sociedades para presentarles a sus jóvenes, el rol o los roles que deben cumplir. Es una manera de dar lecciones y fijarlas, de modo que los paradigmas y creencias que constituyen a la comunidad se mantengan y se regeneren.

Si algo tienen de interesante un buen relato y un buen mito, es darnos la oportunidad de verlos con una nueva luz. Y es precisamente lo que sucede en este corto que recoge personajes de cuentos de hadas. Los cuales están relacionados usualmente a mantener ciertos moldes represivos o de corte machista. Que muestran a la mujer como sumisa y pasiva. Cuentos que ayudaron a forjar y consolidar el ideal del príncipe azul en las mujeres.

La mirada que propone Terri Edda Miller en su cortometraje, es ver que aún podemos sentirnos ligados a los personajes, a sus historias, pero dejando la carga de mujer como ser pasivo. Los personajes escogidos, cada uno representa un caso tipo, una psicopatía en particular. Un espejo en el cual mirarse nuevamente. Y si el sueño no se hizo realidad, el príncipe nunca apareció, eso no significa, que el relato termino ahí, siempre hay un donde empezar, una nueva historia que contar.

Juan Alberto Gonzales Hurtado.
P.D. Amigos les adjunto la dirección de You tube para que puedan ver este cortometraje.
Y esta es la dirección de la web oficial del corto: