martes, 20 de noviembre de 2007

3:10 TO YUMA (James Mangold/2007)




3:10 TO YUMA (James Mangold/2007)
Dirección: James Mangold
Reparto: Russell Crowe (Ben Wade), Christian Bale (Dan Evans), Logan Lerman (William Evans), Dallas Roberts (Grayson Butterfield), Ben Foster (Charlie Prince), Peter Fonda (Byron McElroy), Vinessa Shaw (Emma Nelson), Alan Tudyk (Doc Potter), Luce Rains (Weathers), Gretchen Mol (Alice Evans).
Guión: Halsted Welles, Michael Brandt y Derek Haas; basado en un relato de Elmore Leonard.
Música: Marco Beltrami.
Productores: Cathy Konrad.
Fotografía: Phedon Papamichael.
Editor: Michael McCusker.
Vestuario: Arianne Phillips.

Sinopsis

Dan Evans (Christian Bale) es un ranchero pobre que no encuentra otra manera de conseguir el dinero para pagar su hipoteca, que conduciendo al peligroso pistolero Ben Wade (Russell Crowe) a un tren que lo lleve a la ciudad de Yuma a ser juzgado.

De pistolas y Coboyadas

Mangold (quien dirigió el Biopic de Johnny Cash) nos trae en esta ocasión un Western que le hace honor al género. Y esto es algo sin duda difícil de afirmar. El Western (o coboyada como lo conocemos en nuestro medio), es un género de larga data en los estados unidos. Sus historias y personajes están ligadas al cine norteamericano. Por lo cual contar algo que siga, mantenga y recree el género es algo poco usual de ver. Tal vez el film de Mangold no logre hacer estas tres cosas, pero de seguro cumple dos de ellas, veamos.

El honor es un tema recurrente en estos films, incluso los malos en muchos casos, reconocen y aprecian este bien. Y esto tal vez se pueda deber (entre otras razones) a que donde se desarrollan los western son territorios en que domina la fuerza y la violencia, con lo cual virtudes como la lealtad y la decencia son más que raros y extraños.

Otra característica que fue desarrollando el western fue la de pasar de protagonistas totalmente claros y diáfanos, es decir, un dechado de virtudes, al héroe silente, que lleva en los hombros el peso de un recuerdo, de una culpa[1]. Sin duda en ese desarrollo tuvo que ver el cine de Kurosawa, particularmente en su cinta Yojimbo (1961).

Mencionamos ambos elementos, pues creemos que están presentes en el film de Mangold, lo que no impide que llene la pantalla de peleas, pistolas y balas. Y una virtud fundamental del film es que nos tenga pegados al asiento durante las casi dos horas que dura (toda coboyada que se respete deber hacerlo), más que eso no se puede pedir, sin duda un film que no hay que dejar de ver.


Juan Alberto Gonzales Hurtado.
[1] Incluso se habla del western existencialista. Con Sam Shepard como uno de sus representantes más importantes. Ver el comentario que hicimos hace unos meses sobre “Paris, Texas” de Wim Wenders. “Dead Man” de Jarmusch es otro claro ejemplo de este tipo de western. En años más recientes tenemos como ejemplo “Los tres entierros de Melquiades Estrada” dirigida por Tommy Lee Jones.

jueves, 8 de noviembre de 2007

Dias de Gloria/Indigènes (Rachid Bouchareb /2006)



Dias de Gloria/Indigènes (Rachid Bouchareb /2006)
Dirección: Rachid Bouchareb
Reparto: Jamel Debbouze (Saïd), Samy Naceri (Yassir), Roschdy Zem (Messaoud), Sami Bouajila (Abdelkader), Bernard Blancan (Martinez), Mathieu Simonet (Leroux), Benoît Giros (capitán Durieux), Mélanie Laurent, Antoine Chappey (coronel), Assaad Bouab (Larbi).
Guión: Rachid Bouchareb y Olivier Lorelle
Productor: Jean BréhatFotografía: Patrick Blossier.
Música: Armand Amar y Cheb Khaled.
Edición: Yannick Kergoat

Sinopsis

Es 1943, y Francia sufre la ocupación alemana por más de dos años. De Gaulle en Africa logra captar fuerzas provenientes de las colonias africanas (Senegal, Marruecos, Argelia, por dan algunos nombres) prometiéndoles la libertad e independencia si se logra liberar a Francia de la invasión alemana. Una guerra, un país, 4 hombres, y sus historias.

Kierkeggard y algo de historia

Se cree que la historia se construye solo con los grandes sucesos y las repercusiones que estos dejan. Que los cambios se originan y se consuman en este ámbito. Pero esos grandes sucesos y acontecimientos, se gestan se originan en la vida de cada sujeto, de cada individuo que interacciona con otros.

Si ante el sistema filosófico de Hegel, Kierkeggard desarrollo lo que llamo migajas filosóficas, del mismo modo, la microhistoria recoge esas migajas de la mesa de la historia y posa su mirada sobre ellas. Nos permite ver desde el caso particular, desde una historia personal, la conexión con todo el proceso. Podemos apreciar los valores, creencias y constructos que se hallan en nuestra sociedad. Ver que se esconde tras cada historia, es empezar a ver de qué modo nuestra sociedad ha ido cambiando, en lo político, en lo social, en lo cultural y económico. La caída de los grandes metarrelatos que expliquen de manera completa y total los diversos hechos que han acontecido en una sociedad hace más alentador el revalorar el caso particular, y lo que este nos ofrece en relación a poder desarrollar una comprensión más general de los hechos.

Es decir empezamos a vernos a nosotros mismos, como quienes construimos la historia, desde ella (desde nuestra historia particular) se inicia el relato que después construirá la “historia”, la que recuerda aquello que se debe recordar, la llamada historia oficial, desde la que además se tiende a construir la identidad[1]. Pero desde estas cuatro vidas, desde la mirada de cada uno de estos soldados, se nos abre la llamada historia no oficial, la que se cree no tiene relación con el relato que cuenta la historia, que no tiene relación con la construcción de identidad que esta última desarrolla.

Los Días de Gloria han llegado

Como dijimos, somos conscientes de que construimos relatos, desde el espíritu crítico de la memoria, que es una actividad que busca cotejar los diversos relatos, las diferentes memorias, intentando construir no un único relato, sino ver a la historia como formada por todos esos relatos. De ahí que el recordar, es decir el traer el recuerdo de algo muchas veces es un ejercicio difícil y complejo. Pero ¿cómo se hace para recordar algo que uno nunca supo que ocurrió?.

Algo de esto hay en Indigènes (que era el termino con el que se referían los franceses a las tropa provenientes de sus colonias africanas), en la manera en que nos introduce al sacrificio y a la lucha de estos hombres que murieron por Francia, y que luego esta no supo reconocer, ni recordar. Por eso el título del film (puesto por las distribuidoras) a pesar que pareciera remitir a una de esas películas de Hollywood en que todo es proeza y sacrificio y el estandarte americano esta flameando en la mente de todos, podemos leerla como una ironía que apela a la segunda estrofa del himno de Francia, la famosa Marsellesa dice así: el día de gloria ha llegado[2].

Pero con esta afirmación no buscamos hablar del heroísmo, ni del sacrificio, por el contrario el film más que intentar ser aleccionador o reivindicativo[3], es simplemente el día a día de hombres que intentan luchar por su dignidad. Por ello, nos acerca a sus miedos, a sus luchas, a sentirse totalmente solos en una tierra que les es desconocida, en la que deben pelar en dos flancos, con sus enemigos en el campo de batalla, pero en la retaguardia con sus jefes y la discriminación. A no perdérsela.

Juan Alberto Gonzales Hurtado.



[1] Al respecto podemos ver de Paul Ricoeur “La memoria, la historia, el olvido” (2004) y “Caminos del Reconocimeinto: Tres estudios” (2005).
[2] Todo el himno es la descripción de vejaciones sufridas por el pueblo. Lo irónico resulta que ese pueblo que lucho por la libertad, haya sido históricamente tan mezquino en lo que respecta a la libertad y dignidad de otros pueblos. Veamos las primeras líneas del himno.
Allons enfants de la Patrie, (Vamos hijos de la patriaLe jour de gloire est arrivé! El dia de gloria ha llegado.Contre nous de la tyrannie! Contra nosotros la tiraníaL'étendard sanglant est levé (bis) su estandarte ensangrentado ha levantado)
[3] Aunque habría que mencionar que al ser exhibida la película conmovió tanto a Chirac, que logro se activara una ley (aprobada en el 2002) que les devolvía a los combatientes de las colonias el derecho de recibir su pensión, la cual había sido congelada en 1959, debido al clima de independismo de muchas de las colonias francesas en África.