viernes, 11 de mayo de 2007

ALPHA DOG (Nick Cassavetes / 2007)



ALPHA DOG (Nick Cassavetes / 2007)

Dirección: Nick Cassavetes

Reparto: Bruce Willis (Sonny Truelove), Sharon Stone (Olivia Mazursky), Emile Hirsch (Johnny Truelove), Justin Timberlake (Frankie Ballenbacher), Ben Foster (Jake Mazursky), Anton Yelchin (Zack Mazursky), Shawn Hatosy (Elvis Schmidt), David Thornton (Butch Mazursky), Olivia Wilde (Angela Holden).

Guión: Nick Cassavetes

Música: Aaron Zigman.

Productores: Sidney Kimmel y Chuck Pacheco.

Editor: Alan Heim.


Sinopsis

Alpha Dog, es la historia de una pandilla de dealers del valle de San Fernando en California. La pandilla esta liderada por Johnny Truelove (Emile Hirsch), quien es hijo de un narcotraficante que opera en el mismo valle, interpretado por Bruce Willis (Sonny Truelove). Los miembros de la pandilla de Truelove son chicos en su mayoría de clase media, que tienen como meta, pasar el día haciendo ejercicio, drogándose, jugando videojuegos e ir de fiesta. Por un error de cálculo de Truelove, toda la pandilla se verá expuesta a lidiar con una situación que no tenían prevista.


Bourdieu y a la sombra del padre

Sin embargo JT (Johnny Truelove) no es un verdadero gangster, aunque busca aparentarlo, vive a la sombra de su padre un verdadero criminal, pero finalmente es solo un hijo de familia. Él y sus amigos no han crecido en la necesidad o miseria material, pero sí afectiva. La pandilla de Truelove, es solo un grupo de niños perdidos, no por ello menos peligrosos.

Cassavetes a diferencia de otras historias con un tópico similar, no explora las razones de esta violencia únicamente en causas externas, o en modelos culturales, sino que centra su mirada en la aparente normalidad y quietud de los hogares, en la apariencia de perfección y pulcritud. Los padres llevan una doble vida, en la que forman hogares materialmente completos y cómodos, son miembros reconocidos de su comunidad, pero a la vez en la intimidad desarrollan sus propias perversiones, las cuales sorprendentemente creen, no afectan a sus propios hijos.

Los actos de violencia de los protagonistas parecen siempre ser una representación, una especie de performance para los otros que están mirando y juzgando. Es la conciencia de que si no se puede ser realmente duro, lo mejor es aparentar serlo. Pero esta representación llega un punto en que tiene que ser confirmada con un acto de violencia. La representación termina convirtiéndose en realidad. Aunado a la carga de haber crecido bajo la sombra de un padre dominante, que ha desarrollado un discurso simbólico de poder, donde lo masculino se demuestra en relaciones de dominio y sumisión. Ser hombre implica dominar y controlar a los otros, ponerlos a nuestro servicio. Como diría Bourdieu[1], vivimos en una sociedad androcéntrica, donde lo masculino tiene rasgos muy delimitados (arriba, derecha, fuerza, etc.)

El no haber crecido en una forma de vida que enseñe la responsabilidad de los actos, en relación a uno mismo y a los otros, así como el no tener una motivación, una inspiración en la vida, demuestran que puede terminar siendo desastroso. Tal vez el punto no radique en tener en la vida todo definido, pero al menos tener la noción de que todos mis actos acarrean consecuencias.

La película deja sentir que por momento es errática, o que equivoca la manera en que se mezclan diferentes registros para narrar la historia. Sin duda logra tener buenas escenas y actuaciones más que interesantes. Tal vez lo que más incomode en el film es la sensación de sinsentido que tiene todo el film, pero finalmente, tal vez ahí resida su elemento más fuerte.

Juan Alberto Gonzales Hurtado.

[1] “El orden social funciona como una inmensa maquina simbólica que tiende a ratificar la dominación masculina en la que se apoya: es la división sexual del trabajo, distribución muy estricta de las actividades asignadas a cada uno de los dos sexos, de su espacio, su momento, sus instrumentos; es la estructura del espacio, con la oposición entre el lugar de reunión o el marcado, reservados a los hombres, y la casa, reservada a las mujeres, o, en el interior de ésta, entre la parte masculina , como del hogar, y la parte femenina, como el establo, el agua y los vegetales; es la estructura del tiempo, jornada, año agrario, o ciclo de vida, con los momentos de ruptura, masculinos, y los largos periodos de gestación femeninos.”. Bourdieu, Pierre. “La dominación masculina”. Ed. Anagrama, Barcelona, 2000. Pagina 22.

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