martes, 4 de mayo de 2010

A serious man/Un hombre serio (Joel y Ethan Coen/2009)




A serious man/Un hombre serio (Joel y Ethan Coen/2009)
Dirección, guión y producción: Joel Coen y Ethan Coen.
Reparto: Michael Stuhlbarg (Larry Gopnik), Richard Kind (tío Arthur), Fred Melamed (Sy Ableman), Sari Lennick (Judith Gopnik), Adam Arkin (el abogado), Peter Breitmayer (Sr. Brandt), Jessica McManus (Sarah Gopnik), Aaron Wolff (Danny Gopnik).
Música: Carter Burwell
Fotografía: Roger Deakins
Editor: Roderick Jaynes

Sinopsis

Larry Gopnik (Michael Stuhlbarg) es un profesor de física teórica en los años sesenta del siglo pasado, que radica en el Medio Oeste Norteamericano. Tiene una familia, que no lo toma muy en serio, además vive con él su hermano que sufre una seria depresión. Ante una serie de problemas intentara encontrar en su fe (el judaísmo) una certeza a la cual aferrarse.

Nada que contar

Esta nueva obra de los Cohen, nos propone una historia que es la consecución de un estilo ya constituido. Con esto sin duda no decimos nada más que una generalidad, pero nos parece que es un buen punto de inicio, pues lo que nos presenta “A serious man”, es una película que sin duda puede ser vista sin conocer la obra de los Cohen, pero si se ha estado en contacto con sus trabajos anteriores (Barton Fink, Fargo, The Big Lebowski), se puede apreciar un matiz muy particular para contar historias (el cual parte de la ironía matizada con humor negro y acido), donde el narrar se hace solo por el placer de hacerlo (¿y no siempre debería ser así?).

Incluso cuando el relato no tenga un desenlace en que se produzca una anagnórisis, es decir, una revelación, los Cohen saben contar una historia, no con moraleja, sino con la posibilidad de que el propio film se mantenga en nosotros como algo abierto, no en el sentido de final abierto, sino que sigamos luego de haberlo visto, reparando aún en muchas de sus imágenes y acciones. Un detalle a manera de ejemplo para retratar la ironía desplegada por los Cohen. Es genial ver como en la vida de Larry Gopnik (Michael Stuhlbarg), lo única certeza, se encuentre en la pizarra de su salón de clases y sea retratada paradójicamente por el principio de incertidumbre de Heisenberg.

Nos queda por decir, que hay que disfrutar del estilo de narración de los Cohen, que funciona como una suerte de proverbio antiguo (incluso cuando el proverbio parezca de lo más absurdo), que no tiene como fin que lo entendamos del todo, pero si busca el permitirnos preguntarnos con detenimiento acerca de nuestra existencia. Es un film que uno no debe dejar de ver.


Juan Alberto Gonzales Hurtado.

Un prophète/El Profeta (Jaques Audiard/2009)





Un prophète/El Profeta (Jaques Audiard/2009)
Dirección: Jaques Audiard.
Reparto: Tahar Rahim (Malik), Niels Arestrup (César Luciani), Adel Bencherif (Ryad), Reda Kateb (Jordi), Hichem Yacoubi (Reyeb), Jean-Philippe Ricci (Vettori), Gilles Cohen, Antoine Basler, Leïla Bekhti, Pierre Leccia, Foued Nassah, Jean-Emmanuel Pagni.
Guión: Jacques Audiard y Thomas Bidegain.
Basado en un argumento de Abdel Raouf Dafri y Nicolas Peufaillit.
Música: Alexandre Desplat.
Fotografía: Stéphane Fontaine.
Productor: Martine Cassinelli.
Editor: Juliette Welfling.

Sinopsis


Malik (Tahar Rahim) un joven de ascendencia árabe, acaba de cumplir la mayoría de edad, esto implica que deba pasar de la correccional en la que vive a una cárcel. En este nuevo espacio, intentara ganarse un espacio para seguir sobreviviendo.

Un prophète

De Jaques Audiard, conocíamos Sur mes lèvres (Lee mis labios, 2001) que estrenaron varios años más tarde en la cartelera local, y por el cable habíamos podido ver su penúltimo film De battre mon coeur s'est arrêté (De latir mi corazón se ha detenido), ganador en el 2005 del oso de plata en Berlin.

Audiard mantiene en Un prophète (ganadora por cierto en Cannes, al premio del jurado, de varios premios BAFTA y César, así como nominada al Oscar por mejor película extranjera), un estilo ágil (que se asienta sin duda en la música que escoge para acompañar sus imágenes), pero no por ello alejado de la pausa necesaria para asimilar la dureza de sus imágenes. Además, su interés permanece en los cambios culturales, económicos y sociales que vive Francia (discriminación, migración, crimen organizado, grupos separatistas, etc.), sin que por ello la historia se vea comprometida, ya que sabe crear una ficción que si bien se construye desde elementos que se suscriben a una sociedad en particular (como es el caso del conflicto por el independentismo de Córcega o el aumento de la población islámica en Francia), su historia podría trasladarse sin problema a cualquier lugar.

Una historia con tintes en apariencia particularista, se convierte en un relato que conmueve pues se hace presente la condición humana. Ahí creemos encontrar un gran acierto por parte del director, al lograr introducirnos en la ficción, sin intentar crear un cuadro naturalista de la sociedad o en un cine de propaganda.

Un prophète es un film acerca de sobrevivir, que se enlaza con el intento de construcción de una identidad, la cual termina siendo no solo la elaboración y posterior narración de un relato, sino un medio de encuentro con uno mismo, con esa lucha diaria que todos tenemos por descifrar quien es aquel que se presenta en el espejo. Un film que sin duda hay que ver.

Juan Alberto Gonzales Hurtado.