domingo, 22 de abril de 2007

Das leben der anderen



Das leben der anderen (Florian Henckel von Donnersmarck/ 2006)

Dirección: Florian Henckel von Donnersmarck.
Reparto: Martina Gedeck (Christina-Maria Sieland), Ulrich Mühe (capitán Gerd Wiesler), Sebastian Koch (Georg Dreyman), Ulrich Tukur (teniente coronel Anton Grubitz), Thomas Thieme (ministro Bruno Hempf), Hans-Uwe Bauer (Paul Hauser), Volkmar Kleinert (Albert Jerska), Matthias Brenner (Karl Wallner), Herbert Knaup (Gregor Hessenstein).
Guión: Florian Henckel von Donnersmarck.

Música: Gabriel Yared y Stéphane Moucha.

Producción: Quirin Berg y Max Wiedemann.
Edición: Patricia Rommel.
Fotografía: Hagen Bogdanski.

Vestuario: Gabriele Binder.


Sinopsis

La vida de los otros” narra el operativo de espionaje motado por el eficiente capitán de la Stasi[1] Gerd Wiesler (Ulrich Mühe) a el escritor modelo de la RDA[2], Georg Dreyman (Sebastian Koch) y a la pareja de este último, Christina-Maria Sieland (Martina Gedeck). El capitán Wiesler es experto en interrogatorios, por lo cual se especializa en analizar el comportamiento humano. Desde que ve al escritor Dreyman, percibe en él algo sospechoso, siente que oculta algo, así que decide hallarlo. Wiesler monta un sofisticado operativo de espionaje, que incluye micrófonos por todo el departamento de Dreyman, así como una cámara de video que registra los movimientos de todo el plano externo del departamento. Wiesler se siente en control de la situación y por su puesto de la vida de la pareja formada por Dreyman y Sieland. Para el capitán de la Stasi, es solo cuestión de tiempo para revelar quien es realmente Dreyman.

Levinas y empecemos hablar del yo

El capitán Wiesler se ha entrenado toda su vida para saber lo que los otros ocultan, no solo de los otros, sino que incluso de sí mismos. Es un hombre metódico, que vive solo, que se sabe temido y odiado, que no tiene el mayor interés por desarrollar vínculos afectivos con otras personas, está convencido de que conoce la “naturaleza humana” a la perfección. Que sabe reconocer la falsedad que hay en todos nosotros y que con su habilidad presta un correcto y eficiente servicio a su sociedad. Wiesler extirpa lo que hay de malo en su sociedad.

Por su parte Georg Dreyman, cree en la RDA, no cree que sea perfecta, pero vive en ella porque le gusta y siente que su obra es necesaria para el desarrollo de su sociedad. Está en contra de que se persigan y cuestione la obra de otros artistas (aunque a la vez se trata de convencer a si mismo que algunos autores cuestionados por el régimen lo están por haber cometidos excesos de crítica innecesarios), pero siente que eso se puede llegar a arreglar de algún modo.

Luego de hacer esta descripción de ambos protagonistas, parecieran ser la clásica disputa entre el bien y el mal representada por el malo y el bueno, pero no. “La vida de los otros”, nos muestra de qué modo esa dualidad reside en todos y está latente en cada uno de nuestros actos[3]. Que el destino de uno está ligado al de los otros. Que a pesar de que nos imaginamos y concebimos como seres separados los unos de los otros, lo cierto es que tenemos un principio y un destino compartido.

En relación a este punto, Levinas[4] ve como una existencia incompleta a quien no logra ver en el otro un compromiso. La empatía hacía los otros no se da por un capricho, o un gusto estético que elige a quien escoger o no, como merecedor y digno de mi comprensión. Para Levinas no podemos ver al otro como una alteridad, como un objeto, sino como uno mismo. Y esto es, porque mi comprender está ligado a mi existencia y además mi comprender se encuentra dirigido hacía el mundo. El comprender al otro, el cuidado que le doy es un “deber” para conmigo mismo. No tener conciencia afectiva del otro, es no tener conciencia de nosotros mismos. Levinas relaciona esto con un sentimiento de “vulnerabilidad” compartida[5].

El color y la sombra

La fotografía del film, nos lleva a través de diversos tonos de verdes y amarillo. Todo parece mustio y cansado, genera la sensación de estar encerrado o atrapado. Son los últimos años de la unión soviética, y por ende de la RDA, pero los personajes no parecen notarlo, solo cuando aparecen objetos o personas de occidente la paleta de colores cambia. Este recurso de fotografía ciertamente no es novedoso, pero en este film está muy bien trabajado, y es el marco perfecto sobe el que se desenvuelve la trama.

La vida de los otros”, nos muestra que el mal reside en cada uno de nosotros. Que no solo somos responsables por lo que hacemos, sino incluso por lo que dejamos de hacer. Que aprender ser responsable por nuestros actos cuesta, y puede llegar a ser una tarea que nos lleve una vida, a no perdérsela.

Juan Alberto Gonzales Hurtado.
[1] Siglas que en alemán abrevian Ministerium für Staatssicherheit (Ministerio para la seguridad del Estado).
[2] Siglas que abrevian en castellano, República Democrática Alemana (Deutsche Demokratische Republik). En nuestro medio esta Alemania es conocida como Alemania oriental.
[3] Actos que son tanto el hacer como el dejar de hacer algo.
[4] Emmanuel Levinas (1905-1995) de origen Lituano y de ascendencia judía, es uno de los pensadores más avocados al tema de la alteridad en el siglo XX.
[5] “En la vulnerabilidad se aloja una relación con el otro que la causalidad agota; relación anterior a toda afección por el excitante. La identidad del sí no opone límites al experimentar, ni aun la resistencia última que la materia en “potencia” opone a la forma que la enviste. La vulnerabilidad es la obsesión por el otro o la aproximación del otro. Es para el otro, desde detrás del otro del excitante. Aproximación que no se reduce ni a la representación del otro, ni a la conciencia de la proximidad. Sufrir por el otro, es tenerlo al cuidado, soportarlo, estar en su lugar, consumirse por él. Todo amor o todo odio del prójimo como actitud, refleja, supone esta vulnerabilidad previa: misericordia “conmoción de las entrañas”. Desde la sensibilidad, el sujeto es para el otro: sustitución, responsabilidad, expiación. Pero responsabilidad que no he asumido en ningún momento, en ningún presente. Nada es más pasivo que este enjuiciamiento anterior a mi libertad, que este enjuiciamiento pre-original, que esta franqueza. Pasividad de lo vulnerable, condición(o incondición) por el cual el ser se muestra creatura.”. Lévinas, Emmanuel. “Sin identidad” del libro “Humanismo del otro hombre”, Ed. Siglo XX, México 1974. Página 125.

1 comentario:

Anónimo dijo...

bueno como no podria comentar esta película. q la verdad cuando la compré no tenia la menor idea sobre el tema. es mas en los primeros minutos me parecio una de esas peliculas tediosas que llevan un cargado sentido social post-guerra derrotero y subjetivo o tal vez todo lo contrario verlo del modo mas objetivo posible. bueno pero después comenzó a hilarse la trama y me parecio muy buena. aunq tal vez escape un poco de la realidad pero bueno eso no la descredita mucho. a mi modo de ver una estructura personalisima comienza a llenarse de un humanismo y sentimientos. es una destruccion de esa gran torre o el mejor camino para conocer. saludos