jueves, 5 de julio de 2007

All that heaven allows




All that heaven allows (Douglas Sirk/ 1955)

Dirección: Douglas Sirk
Guión: Peg Fenwick
Música: Frank Skinner

Producción: Ross Hunter

Fotografía: Russell Metty

Douglas Sirk le dio al melodrama en los 50, matices y aspectos propios. Él, como pocos, tuvo la maestría de llevar las emociones de sus personajes y las nuestras, a través de historias complejas y extremas. Alejado de manierismos y exageraciones, Sirk maneja el melodrama, de una manera impecable. Le da su sello propio al género, sello que marcó a directores como Fass-binder y Almodóvar. Y que aún se puede ver en directores como Todd Haynes y Wong- Kar Wai.

Hace unos años Todd Haynes dirigió un precioso film llamado “Far from Heaven”. Este film que se logró ver en nuestra cartelera, nos presentaba una fotografía cuidada al detalle. La película nos contaba la historia de una pequeña familia modelo de clase acomodada que ante la revelación de uno de sus miembros, se empieza a resquebrajar por completo.

Traemos esto a colación pues a partir de ese film de Haynes, en el mundo de la crítica cinematográfica (especialmente en la adepta a llenar los comentarios de referencias), se recordó el film de Douglas Sirk llamado All that heaven allows (1955), y es precisamente de este film de Sirk que queremos hablar.

Sinopsis

En un pequeño pueblo de Conneticut, Cary Scott (Jan Wyman), una viuda de clase acomodada con hijos ya universitarios, pasa sus días sola, alejada por propia voluntad de la comunidad que en algún momento la acogió. Un día Cary, repara en Ron (Rock Hudson), su jardinero. Entre ambos surge una relación de amistad que debido a las “diferencias” sociales, hará difícil y complicada la relación.

Bajo el cielo

All that heaven allows, es una película de una fotografía impecable, que utiliza el color no como mero decorado, sino como el marco desde el cual se cuenta la historia, es un personaje más en el film. Gracias a el podemos ver los cambios en los personajes, los sutiles matices de sus psiques. El uso del Technicolor[1] por parte de Sirk, es de una maestría soberbia, compone escenas que nos hacen pensar en la creación de un cuadro, pero uno en movimiento, que se nos acerca, por los colores, los diálogos, y la música que el director escoge.

Wyman y Hudson de la mano de Sirk están a la altura de lo que les exige la historia, las actuaciones de ambos, son de una naturalidad, de una entrega que impide caer en exageraciones o convertirse en caricaturas dramáticas. Parecen meros casos tipo, que no pueden entregar más que lugares comunes, pero Sirk logra crear el drama al llevar los tópicos, más allá de lo que ellos suelen ofrecer.

Vivir su Vida

Cary es una mujer que suponemos está en sus cuarenta, que recién empieza a pensar más en ella, en lo que ella ha querido, y no en lo que los otros le han hecho creer que quería. Pero así como está comenzando a cuestionar lo que creía, esta aferrada a las creencias que le han dado seguridad y estabilidad toda su vida, a una ética del cuidado que la pone en el último lugar de sus prioridades. Esta dualidad en su personalidad es la que genera todo en el film. Y es que solemos tener la creencia (de origen moderno) de que somos seres autónomos, que nos constituimos alejados de la mirada de los otros, que quien somos y lo que qué deseamos ser, depende única y exclusivamente de nosotros, de nuestra capacidad de liberarnos de los prejuicios de los otros, del influjo de su mirada. Pero esto no es del todo así, los prejuicios de los otros también son nuestros, esa mirada que parece externa a mí y que me juzga, es también mi propio juicio. Son nuestras propias creencias las que nos censuran.

Sirk centra su mirada en la mujer, en su drama. Pero su personaje femenino no es una simple hoja que se deja llevar por el viento, tiene una profundidad que la aleja de los caracteres apáticos de las heroínas del cine convencional de su época. Y es precisamente esa complejidad en la construcción de los personajes femeninos el rasgo de Sirk y sus melodramas. Son ellas las que llevan la carga y el peso de todo el film, es desde ellas que creamos empatía, y desde ellas (las heroínas) desde su mirada vemos la película. No utiliza grandes monólogos, solo hace falta pequeños gestos para expresar toda la emotividad que hay detrás de ellas. Son ellas las fuertes, las que resuelven los problemas, las que deben incluso decidir ante la indecisión de los hombres. Son ellas las que deciden vivir su vida. A no perdérsela.

Juan Alberto Gonzales Hurtado.




[1] Es una técnica para darle color a los films, se la conoce como la segunda técnica de coloración (la primera fue Kinemacolor, de origen ingles). Esta técnica se basa en el uso de cámaras con filtro, las cuales filmaban en paralelo la misma escena. Luego con las cintas grabadas se seguía un proceso de coloración de los fotogramas. Era en esta parte del proceso que se conseguía lo que caracteriza al Technicolor, es decir los colores encendidos y con una textura aterciopelada. Un ejemplo clásico de película Technicolor es “Lo que el viento se llevo” y “El mago de Oz”.

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